Dejándome llevar,
sol de mis alas en el viento.
Sobre el inmenso mar
dejé los sueños un momento, un momento.
Quería remediar
en las distancias mis heridas,
los ojos la humedad,
y de los besos las partidas, las partidas.
Fue duro comprender
que frágil soy a la deriva,
solo una mancha más,
en la profunda geografía, de mi vida
Soy tan solo un hombre,
niño sencillo, un simple ovillo
que por mas vueltas que le den,
lleva en si mismo su principio y su final.
Soy mi propia sombra,
perfil oscuro, como esta tierra
resisto en sabia mineral
desde mi oficio de sentir y de cantar.
Solo se queda atrás
quien tiene las alas caídas,
el alma es mucho más,
que una materia indefinida, diluida.
Quien puede darme más,
que esta guitarra amanecida,
es la incondicional
puerta a mi llanto en sus astillas y la risa.
Te siento a la verdad,
nada más duro en estos días,
quisiera renunciar
pero más fuerte es mi camino y el destino.
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